Los CRN Impact Awards son unos premios que galardonan a los proveedores de nuevas tecnologías que basan su negocio en la economía de la innovación en Australia. Una de las principales categorías de los premios es la de “Transformación del negocio”.
Los CRN Impact Awards reconocen aquellos proyectos que transforman las operaciones de los clientes mediante la adopción de nuevas tecnologías para el aprovechamiento de las oportunidades del mercado.
También es relevante el “Empoderamiento de la fuerza laboral”, una categoría en la que se incluyen conceptos como la telecomunicación y la conectividad, los cuales son clave en el siglo XXI.
La “Modernización de la infraestructura” hace referencia a los proyectos que trasladan la infraestructura de TI del cliente a plataformas modernas para conseguir el ahorro de costes operativos, así como la eficiencia en términos de innovación y crecimiento. Esta categoría incluye la actualización de los equipos informáticos, el almacenamiento en la nube, el Big Data…
El desarrollo sostenible tiene su origen en el concepto de sostenibilidad, que hace referencia a la satisfacción de las necesidades del presente sin comprometer de modo alguno la capacidad de futuras generaciones.
Por lo tanto, de lo que se trata es de alcanzar el punto de equilibrio entre el cuidado del medio ambiente, el crecimiento económico y el bienestar social. Por lo tanto, el desarrollo sostenible se define como una forma de progreso a través de la utilización de los recursos disponibles en el presente, sin comprometer su existencia a largo plazo.
Las tecnologías sostenibles tienen una gran importancia en el ámbito corporativo y social en la actualidad. Son aquellas que, a través del reciclaje, la reutilización y la conservación de recursos naturales y de la eficiencia energética, minimizan el impacto ambiental al reducir la contaminación.
Una de las tecnologías sostenibles más utilizadas en la actualidad es la realidad virtual, muy útil para crear experiencias a través de la simulación. Tiene una gran selección de aplicaciones en la educación, la medicina… Por su parte, el Business Intelligence permite transformar los datos en información de valor para optimizar la toma de decisiones, las operaciones y los procesos de cualquier organización.
La Inteligencia Artificial se considera sostenible porque permite reducir el uso de recursos, dispositivos y materiales en las organizaciones. En lo que respecta a los nuevos servicios en la nube, evitan en gran medida la necesidad de inversión en infraestructura para el almacenamiento de archivos y permiten el uso compartido de aplicaciones y programas.
Las empresas actuales están cada vez más concienciadas sobre la importancia de apostar por la tecnología sostenible: coches eléctricos, tecnologías en la nube con centros de datos… Sin embargo, todavía se requieren esfuerzos importantes en muchos ámbitos para garantizar una mejor gestión de los recursos tecnológicos.
En 2019, el planeta Tierra alcanzó un nuevo récord en lo que a basura tecnológica se refiere: 53,6 millones de toneladas generadas a nivel mundial, de las que 12 millones procedían de Europa. Según datos del Global E-waste Monitor 2020, los desechos de los equipos electrónicos y eléctricos podrían alcanzar los 74 millones de toneladas en la próxima década.
La mayoría de los desechos de este tipo se envían a vertederos ubicados en países en vías de desarrollo, especialmente del continente africano.
El problema está lejos de solucionarse porque el incremento del consumo de equipos electrónicos y eléctricos sigue aumentando las cifras de basura tecnológica año tras año.
Muchas organizaciones están aplicando la conocida como economía circular, un modelo que apuesta por una producción y un consumo más responsable, basado en alargar el ciclo de vida de los productos.
Aunque los modelos de negocio son un elemento que resulta complicado de cambiar, la transformación digital ha permitido que muchas empresas adopten nuevos mecanismos para dar un paso hacia adelante y continuar con su actividad de una forma más rápida y eficiente.
Actualmente existen diferentes tecnologías disruptivas que aportan soluciones a los retos más complejos, como por ejemplo reducir el flujo de tareas.
Las organizaciones modernas utilizan equipos informáticos en casi todos los aspectos de su actividad, como las comunicaciones o el almacenamiento de información.
Un centro de datos se define como una instalación física centralizada donde se alojan ordenadores y diferentes equipos de TI que permiten el correcto funcionamiento de las compañías.
Los centros de datos pueden tener distintos niveles de latencia, seguridad y flexibilidad. Los centros de datos por niveles permiten el almacenamiento de los datos de forma jerárquica.
Cuando los centros de datos son físicos, tienen limitaciones en lo que respecta a espacio y a su dependencia de los equipos y el hardware.
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