Pharmadron es un proyecto revolucionario desarrollado para hacer llegar medicinas a todo el mundo con drones autónomos. Actualmente los responsables están analizando la viabilidad del proyecto, con la participación del Clúster AERA, la empresa de drones Delsat, Plata, la plataforma aeronáutica de Teruel, la distribuidora farmacéutica Novaltia y la consultora Vea GLobal.
En pleno Siglo XXI, son muchas las zonas del mundo que continúan siendo inaccesibles para los medios de transporte tradicionales. Esto supone un gran problema para cubrir las necesidades básicas.
El proyecto Pharmadron ha sido posible gracias a la subvención del Programa de Apoyo a Agrupaciones Empresariales Innovadoras (AEI) 2018 del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
La innovación en el ámbito de la logística se ha hecho realidad gracias a la investigación y experiencia de Novaltia, una de las grandes cooperativas de distribución en el sector farmacéutico en España. Además, ha sido la necesaria la colaboración de otras empresas como Delsat, especializada en el diseño y desarrollo de drones con sede en Zaragoza y centro de pruebas en el Aeropuerto de Teruel.
El principal objetivo de este proyecto es el de validar el transporte de pedidos formados por productos farmacéuticos y medicamentos a farmacias situadas en entornos rurales mediante el uso de drones. Aeronaves que permitirán a los pacientes crónicos y todas aquellas personas que residen en zonas remotas y/o aisladas, tener acceso universal a los fármacos.
Más allá del uso cotidiano para estas áreas aisladas, Pharmadron también permitirá la distribución de productos farmacéutico y medicamentos en catástrofes naturales, como huracanes o terremotos.
Para el desarrollo del proyecto ha sido necesario el estudio de las prestaciones que debe tener un dron para poder llevar a cabo el reparto con garantías y seguridad. Para ello, es fundamental tener en consideración la normativa vigente y cumplir con el protocolo de Buenas Prácticas de Distribución. Las condiciones son exactamente iguales que para el reparto por tierra.
En primer lugar, el contenedor debe ser específico para cada fármaco. En segundo lugar, dicho contenedor tiene que estar fabricado con materiales avanzados y ser refrigerado. Y, en tercer y último lugar, a pesar de su gran resistencia tiene que ser muy ligero para el transporte de medicamentos por aire.
La legislación actual no permite la distribución de fármacos con drones de uso comercial. Es por ello que la prueba piloto estará plenamente centrada en comprobar el terreno sobre los distintos elementos analizados en el estudio realizado con anterioridad. Pharmadron también quiere sensibilizar a las Administraciones Públicas de los grandes beneficios que ofrecen este tipo de vuelos, y por lo tanto la necesidad de adaptar la legislación vigente.
Uno de los grandes ejemplos de las grandes posibilidades que ofrecen los drones farmacia se encuentra en Suecia. En el país europeo existen los drones con desfibrilador integrado. Partiendo de un estudio llevado a cabo por el Karolinska Institute, se llevó a cabo una prueba experimental en el archipiélago de Estocolmo en un dron. Este avión no tripulado se envió a un total de 18 localizaciones donde se habían dado casos de paros cardíacos.
El dron no estaba controlado por ningún piloto, sino que se dirigía de forma automática a la ubicación programada. El tiempo promedio de llegada registrado fue de 7 minutos más rápido que el de la ambulancia.
En Suecia, del mismo modo que en España, el principal obstáculo para la implantación de este tipo de proyectos en casos reales es la legislación vigente. No obstante, los expertos creen que simplemente se trata de una cuestión de tiempo. La aplicación de los drones tiene un enorme potencial en entornos rurales, y ofrece un amplio abanico de posibilidades. Más allá del transporte de fármacos, se podrían usar para la búsqueda en terrenos inhóspitos, o incluso para combatir un fuego.