El internet de las cosas es una revolución tecnológica que ha transformado la manera en que interactuamos con el mundo que nos rodea. Su esencia radica en la interconexión y la recopilación de datos. El impacto que ha causado en nuestros hogares ha sido sobresaliente. No hay más que pensar en los asistentes de voz que manejan hasta los más pequeños de la casa. Sin embargo, también irrumpe en el mundo de la empresa o en el de la salud.
También plantea desafíos, como la seguridad y la privacidad de los datos. La gestión segura de las grandes cantidades de información que genera es crucial para garantizar que los beneficios superen esos riesgos.
Es el conjunto de interconexiones entre elementos físicos y dispositivos conectados a una red, de modo tal que, mediante los segundos, controláis los primeros. Esto es posible gracias a la instalación previa de interruptores y sensores en los elementos físicos. A través de ellos, podéis dar instrucciones o recopilar datos para luego procesarlos.
Es la tecnología esencial que sostiene a la domótica y la base de los hogares inteligentes. Con la llegada de los smartphones, pudimos controlar ciertas funciones desde el móvil. En la actualidad, se ha terminado de configurar el diseño con las aplicaciones y los asistentes de voz, basados en la inteligencia artificial.
Con el IoT, podemos automatizar desde las persianas de las ventanas, hasta el termostato de la calefacción, la cocina o las luces. Pocas cosas escapan a la posibilidad de controlarse desde el móvil.
Las soluciones de esta tecnología para las empresas os permiten conseguir importantes mejoras en las áreas comerciales y entablar nuevas relaciones con clientes y proveedores. Sin embargo, no está exenta de desafíos. El volumen de datos que genera es enorme y el proceso de integración del big data en los sistemas actuales es compleja. Por otro lado, la seguridad debéis considerarla desde el diseño del sistema.
Esta tecnología ya se aplica en la agricultura, la logística y el transporte, y, por supuesto, en la industria.
Los dispositivos del IoT son menos complejos. Incluyen elementos físicos, como luces, temporizadores, termostatos o cerraduras, entre otros, que se encuentran conectados. En cambio, los del internet industrial de las cosas (IIoT) abarcan otra clase de elementos, como maquinarias, sensores de tuberías, medidores de agua, etc.
Por otra parte, por sus características, los entornos industriales exigen dispositivos más flexibles y robustos. En otras palabras, los estándares son mayores. Mencionamos algunos:
La consultora Boston Consulting Group (BCG) habla de nueve tecnologías ligadas al IIoT:
Os proponemos varios ejemplos pertenecientes a distintas áreas.
Los dispositivos conectados para los procesos de fabricación recopilan y analizan los datos. Gracias a esto, la producción es más eficaz y flexible. Además, los datos facilitados por los sensores permiten realizar comprobaciones en tiempo real sobre el rendimiento de cada máquina. Esto os permite detectar un problema antes de que ocurra. Imaginad el ahorro de dinero y tiempo que supone hacer mantenimiento preventivo en lugar de reactivo.
Las compañías eléctricas han implantado estos sistemas para mejorar sus procesos de producción. Con ellos han aumentado la productividad y reducido los tiempos de inactividad.
Gracias al IIot, se ha podido desarrollar una agricultura de precisión. Los datos recopilados contribuyen a la optimización de los cultivos, del riego, de los fertilizantes o de los pesticidas. También se han implementado tractores autónomos, que aumentan la producción.
Los coches conectados permiten escaneos continuos sobre el estado del vehículo. Estos datos contribuyen a mejorar la seguridad, contaminar menos, controlar la presión de los neumáticos, etc. También predicen patrones de tráfico y proponen rutas menos congestionadas. Daimler y Volvo, entre otros fabricantes, han incluido sensores de diagnóstico, así como otros de seguimiento.
Como apreciáis, la transformación digital de las pymes no ha hecho más que empezar. El internet de las cosas llevado a un entorno empresarial va a cambiar vuestra forma de trabajar y de producir, a la vez que aumenta la productividad. Es un sistema escalable que podréis ir adoptando paulatinamente según vuestras necesidades y estrategia de crecimiento. Para hacerlo bien, es importante que comencéis con la formación, porque cada pyme tiene necesidades distintas. ¡Mirad nuestra agenda!