Los ciberataques son una realidad que afecta a muchas empresas y particulares. No importa que sea una empresa pequeña o una grande, el SEPE es uno de los ejemplos de ciberataques más conocidos.
La empresa más grande de empleo que existe, en la que hay millones de datos de usuarios ha visto como en los últimos tiempos ha estado expuesta a ataques constantes. En ella no solo hay datos de usuarios, sino que se esconden elementos de alta sensibilidad, las cuentas bancarias o incluso los problemas médicos de algunos usuarios han podido ser expuestos a ataques que no han podido ser controlados.
Pese a, en teoría, disponer de las mejores herramientas, no se ha controlado correctamente esta inversión en seguridad. Las pymes tienen el gran reto de pasar por delante a la administración pública en estos aspectos.
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Los ciberataques en las Pymes son una realidad. Millones de personas están expuestas a que pueda suceder en cualquier momento. Las incidencias de los ciberataques en las pymes, al igual que en el SEPE puede darse, pero siempre desde la perspectiva de que hay algo más detrás de cada uno de ellos.
Hay una serie de pasos que un delincuente comete para los que las empresas deben estar listos. Recibir una correcta formación y contar con los expertos necesarios para evitarlos puede marcar la diferencia en todos los aspectos. Es el momento de apostar fuerte por lo que está escondido detrás de una serie de problemas que llegan sin avisar.
Una correcta vinculación de las redes sociales con la empresa y un control de los correos, la puerta de entrada a los ataques puede acabar siendo fundamental. Millones de personas han visto llegar a su vida unos problemas virtuales que empiezan con un gesto tan inofensivo como abrir un correo.
Tener buenos filtros que envíen el spam en otra dirección o disponer de los elementos claves para poder cambiar para siempre este elemento es lo que marcará el antes y el después.
Los ciberataques son en esencia una especie de antesala de lo que está llegando sin que nos demos cuenta. Presentes en algunas empresas, deben controlar algo tan esencial como a las personas que forman parte de la organización. Hay una forma de proteger las herramientas que se usan en el día a día, pero también debería haber una forma de mantener a salvo a las personas que las usan.
Disponer de las herramientas formativas claves puede ser un reto totalmente asumible, siempre y cuando se invierta en ello. Detrás de cualquier ciberataque hay una persona que conoce bien la organización.
A través de las redes sociales se puede conseguir conectar con algunas personas de dentro de la empresa que podría acabar siendo clave para poder determinar los fallos de seguridad de dentro de la empresa.
Un ciberataque se puede prevenir con una serie de actuaciones que serán importantes y que realmente es posible atender. La ciberseguridad es uno de los elementos en los que invertir puede salir barato. Un básico que al igual que cualquier otro elemento de la empresa, debe controlarse y aceptarse.