Al inicio de esta guía, pusimos de manifiesto que el Paradigma Industria 4.0 viene provocado por la aparición de los smartphones, pues son “los héroes” que han podido eliminar por fin, las barreras de penetración al mundo digital y así permitir que miles de millones de personas se hayan podido sumar, durante los últimos años, a la “Conversación Digital”.
Gracias a los Smartphones, la sociedad se ha digitalizado y globalizado a un ritmo frenético y como fruto de esa transformación han surgido los Clientes 4.0, que demandan; una altísima relación calidad-precio, agilidad y personalización en lo que compran, además de valor.
Satisfacer a los nuevos clientes, por tanto, nos obliga a superar estos retos y para ello nuestras organizaciones necesitan también transformarse, rediseñarse en muchos casos, puesto que no podemos continuar excluidos de la conversación digital, si queremos sobrevivir.
Quien paga manda. Y no nos queda otra que escuchar a los nuevos clientes, centrarnos en sus cambiantes deseos y conseguir hacerlos realidad.
También expusimos, repetidas veces, que el nuevo escenario es una oportunidad histórica que debemos aprovechar, pero que promete incertidumbre y complejidad. Los cambios a realizar son complejos y afectan a todas las áreas de nuestra organización, es más, afectan a toda nuestra cadena de suministro. Entendiendo que nuestra Cadena de Suministro es la que está formada por todos aquellos procesos involucrados de manera directa o indirecta en satisfacer las necesidades de nuestros clientes.
Personas, máquinas, robots y “cosas”, de nuestra organización deben estar totalmente interconectadas con proveedores y clientes para poder adaptarnos a los rápidos cambios que puedan producirse y llegar “allí donde sea preciso” antes que nuestra competencia.
La información es la clave porque nos proporcionará conocimiento analítico y la forma más eficaz de obtenerla es mediante el uso de la tecnología para interconectar y analizar los procesos.
Dispondremos de una Industria 4.0 cuando todos los integrantes de nuestra cadena de suministro bien sean personas, robots, máquinas o cosas, tengan a su alcance la información que necesiten cuando la necesiten.
En la segunda parte de esta guía, hemos hablado sobre los habilitadores tecnológicos de mayor aplicación en la Industria 4.0. En ellos hemos podido observar que las redes wireless o el Cloud Computing, están orientadas a mejorar la movilidad y la comunicación y por tanto las infraestructuras por donde fluirán los datos de nuestros procesos. Apoyados en estas modernas infraestructuras trabajarán nuestros robots en las tareas pesadas, impresoras 3D generando prototipos y dispositivos IoT, capturando datos que nos ayudarán a crear productos inteligentes. Por último vimos que para manipular esos datos y convertirlos en conocimiento, con objeto de poder tomar decisiones “data-driven” y confeccionar nuevos servicios y modelos de negocio, utilizaremos Plataformas en la nube, técnicas de Big Data y algoritmos de Inteligencia Artificial.
En cada capítulo, hemos descrito las características básicas, la oferta existente y los usos de cada tecnología, con objeto de que el lector pueda ver si resultan útiles para su organización, a la vez que manifestábamos la complejidad que conlleva dominarlas y lo imprescindible que resulta hacerlo.
En el nuevo escenario digital, la tecnología no es una moda pasajera. La tecnología, como hemos escuchado repetidas veces, ha venido para quedarse. Y debemos destinar recursos propios para familiarizarnos con ella pues será junto a las personas uno de nuestros activos más valiosos.
Como si de una mancha de aceite se tratara, la tecnología irá infiltrándose en nuestras vidas y como no en nuestras organizaciones (ver figura siguiente) significativamente.
Dependiendo de nuestra estrategia a largo plazo, Redes Wireless, Dispositivos IoT, Impresoras 3D, sistemas de realidad aumentada, etc, podrán pasar a formar parte de nuestros activos tecnológicos y nos ayudarán a ser más competitivos.
No debemos confundirnos. La Industria 4.0 no consiste en un paquete software mágico ni en una máquina prodigiosa. Afortunadamente, no se puede comprar sin más.
Caminar hacia la Industria 4.0 es un arduo proceso, en el que debe involucrarse toda nuestra organización incondicionalmente y al que deben destinarse importantes recursos. Por supuesto que gran parte de ellos estarán relacionados con la tecnología, pero el know how para su puesta en marcha y funcionamiento óptimo, lo pondrán las personas.
Afortunadamente también, este camino, nace, crece, y gracias a los nuevos avances, se ramifica sin cesar. Debemos estar siempre alerta para elegir el ramal más adecuado según nuestros objetivos y avanzar hacia la mejora contínua de nuestras organizaciones, pero ahora la tecnología deberá tratarse con mucha atención pues las decisiones tecnológicas ha pasado a ser estratégicas.
Para nuestra organización 4.0 la selección de las herramientas tecnológicas es tan importante como pueda serlo la de las materias primas. De hecho en la Industria 4.0 la tecnología pasa a ser una materia prima más, pues forma parte de nuestros productos y servicios.
El lector habrá podido comprobar también a lo largo de esta guía que la Industria 4.0 no va de hacer las cosas, pues las cosas ya se hacen, los productos ya se fabrican.
La cuarta Revolución Industrial tiene dos objetivos fundamentales:
Dependiendo del tipo de organización, resultará conveniente iniciar la andadura hacia la industria 4.0 de una forma u otra. Factores como el tipo de producto fabricado, los materiales usados, la velocidad en los procesos de fabricación, los volúmenes, tipo de clientes, entre muchos otros, serán determinantes para la aplicar una estrategia u otra.
Y esta es la magia de la Industria 4.0. No existe un patrón a seguir igual de eficaz para todas las organizaciones. A veces, incluso fabricando productos muy parecidos, puede ser conveniente seguir una estrategia u otra que derivará en la implantación de unas tecnologías u otras.
Aunque como acabamos de comentar que no existe una estrategia única a seguir que sea válida para todas las organizaciones, podemos intentar recoger a grosso modo los pasos comunes a realizar para caminar con éxito hacia la Industria 4.0.
Veamos un procedimiento muy elemental pero práctico que se apoya en la creación de unas sencillas tablas y resume lo que un día espero forme parte de una segunda guía:
La gente trabaja mejor cuando sabe cuál es el objetivo y por qué hay que conseguirlo.
(Elon Musk – Director de Tesla Motors)
El primer paso cosiste en describir el estado en el cual se encuentra actualmente vuestra organización.
Para ello podemos elaborar una tabla en la que la primera columna describa los productos, servicios y modelos de negocio que tienen lugar en nuestra organización y en otra cómo se llevan a cabo.
Ahora situémonos unos años más tarde. Las cosas han cambiado, nuestro sector ha cambiado y nuestros productos y servicios también. Los clientes ahora utilizan nuestros productos de una forma distinta puesto que no adolecen de las limitaciones que tienen hoy día.
En ese futuro, podemos ver a nuestros clientes maravillados con nuestros productos y servicios porque no se puede hacer mejor. Es el futuro de nuestra organización y en el centro se encuentran nuestros clientes.
Elaboremos una tabla similar a la anterior pero atendiendo a cómo serán las cosas en el futuro. Lo que haremos (1ª columna) y qué cambiaremos para satisfacer plenamente al cliente (2ª columna).
Hagamos una nueva tabla que será la “resta” de las dos anteriores, es decir, en ella únicamente aparecerán las filas que difieran, bien en el objetivo o bien en cómo lo hacemos, de las de la primera tabla. Las filas que no incorporen novedades las eliminaremos, pues se trata de lo que haremos del mismo modo en el futuro.
De esta forma tendremos en la primera columna nuestros objetivos y en la segunda las acciones a realizar para alcanzarlos. La llamaremos tabla de Objetivos-Acciones.
Ahora resulta conveniente priorizar por orden de importancia los objetivos. Para ello basta con reordenar la tabla de Objetivos-Acciones. Los más prioritarios arriba.
En la priorización de objetivos tendremos que tener en cuenta que si para la culminación de un objetivo, es necesario abordar otro con anterioridad (existe dependencia), la prioridad de este segundo será más alta que la del primero.
Podemos priorizar en base a distintos criterios; presupuesto, recursos necesarios, etc. Mi recomendación es hacerlo, siempre que sea posible, atendiendo al valor que le proporcionamos al cliente al alcanzar ese objetivo.
Nuestra organización necesitará destinar recursos de diversa índole para realizar cada una de las acciones de la tabla anterior y así cumplir con nuestros objetivos. En una primera aproximación, como puede ser la presentación del proyecto a nuestros superiores, podemos exponer los recursos necesarios de forma global (Ejemplo: Elaboración de una APP). Más adelante, si la dirección está interesada en su ejecución podremos bajar un escalón más introduciendo costes y desglosando las actividades o hitos de la tarea en cuestión (siguiendo con el ejemplo: Contratar servicio Cloud, Diseño de pantallas del App, Programación, etc.).
Tendremos que distinguir entre:
Aunque habría que hacer lo mismo para todos los puntos anteriores, a partir de ahora nos centraremos únicamente en el punto Tecnología.
Para conocer qué tecnologías debemos aplicar en cada tarea a realizar. Tenemos que trasladarnos de nuevo al futuro e imaginar un cuadro de mando sobre el que se proyecta toda la información que necesitamos para realizar de la forma más eficiente nuestro trabajo.
Podemos pedirle al responsable de cada área que haga el mismo ejercicio con objeto de conocer cómo le gustaría a él ver su parte y recopilar ideas para el cuadro general.
Para ello, debemos distinguir entre:
Sin duda la mejor opción es el uso del IoT en nuestros productos para recopilar datos de nuestros clientes bien directamente o bien a través de un APP. En caso de no ser posible lo anterior (debemos poner todo nuestro ingenio para conseguirlo), nos queda la posibilidad desarrollar una APP de forma aislada o solicitar los datos que necesitemos a través de nuestra Web.
La opción más recomendable para este caso es usar una Plataforma en la nube para intercomunicar nuestra organización con nuestros partners o proveedores que proporcione a cada uno de ellos los datos que necesite de los otros.
En este caso hay que desglosar qué datos de nuestros procesos son los que son utilizados para la creación de nuestro cuadro de mando y si no están accesibles estudiar qué infraestructuras utilizaremos para interconectar los dispositivos que los producen. La arquitectura de los mismos debe ser centralizada (Data Centric) con objeto de que no haya duplicaciones del mismo dato y suele resultar complicado.
Disponemos de tecnologías como:
y nuestros ERP y CRM si disponemos de ellos.
Una vez dispongamos de todos los datos necesarios para montar nuestro cuadro de mando, estamos en disposición de determinar su volumen, frecuencia, las necesidades de tiempo real y las operaciones que hay que realizar con ellos para convertirlos en información. Dependiendo de las necesidades que surjan, utilizaremos el mejor protocolo para interconectarlos, unas herramientas de Big Data u otras para manipularlos e Inteligencia Artificial si queremos tomar decisiones basados en ellos.
Por último, debemos ser capaces de presentar la información necesaria para la toma de decisiones en cualquiera de nuestros dispositivos; ordenador, tablet o móvil. Para ello utilizaremos herramientas software que nos permitan crear intuitivos dashboards en nuestro cuadro de mando global.
Independiente de cuál sea nuestra estrategia, esta práctica guía, nos proporciona una visión global de cómo será nuestra organización futura al estar centrada en el cliente y expone los conocimientos necesarios para comenzar a aplicar la metodología anterior y poder “Caminar con éxito hacia la Industria 4.0”.
El éxito futuro de nuestra organización consiste en estar preparados para llegar los primeros
DONDE EL CLIENTE QUIERA
Joaquín Carretero Guerrero
Director de I+D en Energy Solutions