El mundo empresarial español concede cada vez más importancia a las competencias digitales. En parte, gracias a ellas se ha reducido la brecha entre las grandes compañías y las pymes en los últimos años. Por ello se deben tener en cuenta las mejoras en transformación digital que se han producido en el sector y afrontar los desafíos que arroja el futuro preguntándose hasta qué punto puede optimizarse el ámbito de los negocios de cara a la digitalización.
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Las competencias digitales tienen una relevancia creciente en el tejido empresarial español. Gracias a la modernización de las empresas se obtienen mejoras notables en la rentabilidad, en la empleabilidad e incluso suponen importantes avances científicos en los distintos ámbitos. Todo ello repercute en beneficios para las compañías, pero también la sociedad.
Considerando que cuando se habla de competencias digitales se hace referencia a todo el conjunto de conocimientos y habilidades vinculados a Internet, la nube y todo lo online ¿cómo se encuentra el panorama nacional ahora mismo en este sentido?
El último estudio publicado por el Instituto de Economía Digital al respecto ofrece los datos más recientes. Para realizarlo se han hecho 427 entrevistas a compañías españolas asociadas a 5 sectores estratégicos: turismo, servicios, industria, retail y transporte.
De acuerdo con el III estudio de Competencias digitales en la empresa española, las 23 disciplinas más importantes en la actualidad son las siguientes:
Cada una de ellas contribuye al desarrollo de la llamada economía digital y son también un impulso a los negocios tradicionales. Las más importantes son la ciberseguridad y la atención al cliente seguidas de la innovación y el comercio digital.
Con estos datos del estudio sobre competencias digitales se puede concluir que las empresas españolas están realmente concienciadas en la mejora de la seguridad de sus sistemas informáticos y la atención a las necesidades de los consumidores para mejorar su experiencia.
La excepción se encuentra en el turismo y el sector retail. En ambos la relevancia concedida a esas dos grandes preocupaciones es menor. Sin embargo, en el resto de sectores económicos se percibe unanimidad al respecto.
Existe una correspondencia directa entre la importancia que las empresas conceden a las disciplinas antes mencionadas y la cantidad de dinero invertida en reforzarlas. Así, las que más se valoran son las que más se cuidan y en las que más se invierte. Sin embargo, aquellas que los empresarios entienden como más consolidadas (concretamente, el posicionamiento en buscadores y el customer experience) no reciben tanta financiación.
Hay disciplinas que se perciben de un modo particular por parte de los empresarios. Aunque no las ven como las más trascendentales, tampoco las definen como asentadas. Y ellas son las que -tras las más significativas mencionadas anteriormente- adquieren un mayor protagonismo en las partidas presupuestarias.
Ejemplos de ello son la publicidad programática y el digital project management. Concentran el interés por su novedad, ya que se encuentran en un escalón aparte, aunque todavía son superadas por la innovación digital, el e-commerce, big data, y las relacionadas con social y web marketing.
Los nuevos emprendedores gastan más en recursos digitales, pero cada sector está delimitado por sus propias circunstancias. Por ejemplo, los directivos de los departamentos de tecnología parecen focalizar sus esfuerzos en el Big Data.
En retail, el e-commerce es el más destacado. Mientras, en el ámbito industrial, el digital project management se lleva las mayores atenciones. Cada una de estas relaciones cuenta con su propia lógica empresarial, ya que son las áreas que mayores beneficios inmediatos pueden reportarles.
En términos generales las grandes empresas invierten una mayor cantidad de dinero que las pymes, desde un 2% hasta un 28% más. No obstante, esta diferencia se explica por las condiciones del comercio español, muy diversificado.
En las empresas grandes, se dediquen a lo que se dediquen, siempre va a ser necesaria la inversión en competencias digitales. No obstante, esto no tiene por qué ser así para algunas compañías pequeñas, cuyo ámbito de trabajo requiere menos informatización.
Los datos más preocupantes de cara al futuro vienen de parte de la formación. En las empresas españolas, entre un 40% y un 60% de los casos carecen de responsable con formación específica en competencias digitales. El dato positivo está en la voluntad y de ahí el crecimiento de la inversión.
Para solucionar este problema, se está invirtiendo en formación sobre las disciplinas de mayor relevancia. Al mismo tiempo, se incrementa el interés por aquellas de irrupción más actual.
Los directores generales, de Recursos Humanos y los CEOs reciben mayor formación que el resto de los trabajadores. Y en la gran empresa se gasta más dinero que en las pymes para estar al día en nuevas tendencias.
Aunque se está en el buen camino, hay mucho que mejorar. Al menos es lo que se infiere de los resultados obtenidos por el Índice de Competencias Digitales, un indicador que establece el nivel de optimización de las competencias en el tejido industrial de España. Gracias a este índice es posible calcular la proximidad de la empresa nacional con la Economía Digital.
Sólo un 20% de los negocios están llevando a cabo las transformaciones necesarias de manera fiable. Además, la mitad de ellos, un 50%, está todavía lejos de avanzar en la adquisición de nuevas habilidades y el mantenimiento de las que ya existen.
Como retos para el futuro quedan la necesidad de mejorar la formación en todas las estructuras, no sólo en los altos puestos, y de afinar la estrategia para trabajar de manera más específica, invirtiendo en aquello que se desea reforzar con visión de futuro a largo plazo.
Las competencias digitales han dejado de ser algo del mañana y se han convertido en un reto de hoy. Ignorarlo solo supondrá que aquello de “renovarse o morir” se convierta en una realidad para las empresas que no se suban al carro de la innovación tecnológica desde ya. La brecha crece, y cuanto más se tarde en dar el paso, más difícil será ponerse al día.