El Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) de la Comisión Europea, correspondiente al 2022, ubica a España como uno de los países más digitalizados de la Unión Europea.
La nación está en el puesto número 7 tras mejorar dos escalones con respecto al año 2021 y situarse por encima de Francia y Alemania.
En cuanto al porcentaje de pymes con un nivel básico de intensidad digital, es superior a la media de la Unión Europea, cinco puestos mejor que el año pasado.
A pesar de esto, las empresas españolas siguen rezagadas en tecnologías nuevas y avanzadas, como la nube o los macrodatos.
Por ejemplo, menos del 30 % de las compañías españolas utiliza servicios cloud, lo que deja a España en el puesto 20 de 27 en este sector, en el que son líderes los países nórdicos. Y apenas el 9 % de las empresas emplea big data.
Otro aspecto que refleja la realidad de la transformación digital de las empresas, es que el 62 % no cuenta con una estrategia en el área y 26 % no tiene un responsable de la gestión digital.
Por otra parte, más del 20 % de los negocios no forman a sus trabajadores en aspectos relacionados con la digitalización y las nuevas tecnologías.
Si hablamos de sectores, las empresas de telecomunicaciones y financieras son las que más avanzadas están en la transformación digital, mientras que más del 50 % de las industriales o energéticas niegan considerar los medios necesarios para dar el paso.
El escenario es claro, las empresas que no trabajen en la transformación digital se arriesgan a quedar rezagadas en los nuevos modelos de negocio y productos de gran valor añadido.
En la actualidad, la transformación digital ya no puede considerarse como una opción, sino una necesidad.
Ya lo mencionamos, si un negocio no quiere quedarse obsoleto y morir en el camino, debe adaptarse a la digitalización para mantenerse competitivo en el mercado.
Incluso, el Foro Económico Mundial considera la transformación de las pymes como un fenómeno mucho más amplio, que ha bautizado como «estar preparado para el futuro»
Debemos recordar que la transformación digital es la integración de tecnología en todas las áreas de una organización, lo que influye cómo trabaja y brinda valor a sus clientes.
Su importancia está en que ayuda a seguir el ritmo de las demandas emergentes de los clientes y permite mejorar la competencia en un entorno económico que cambia a medida que la tecnología evoluciona.
Asimismo, con la digitalización se optimizan los procesos de la organización, se conocen mejor los mercados y las preferencias del consumidor, lo que lleva a personalizar la oferta del producto o servicio.
Por lo tanto, la digitalización es una premisa necesaria para poder modelar organizaciones ágiles, adaptables y resilientes que pone a disposición de las pymes capacidades que antes solo estaban reservadas a las grandes empresas.
Eso sí, la transformación hay que entenderla como un cambio de estrategia dentro de la empresa y no como una implementación de tecnología para reducir costes y optimizar procesos existentes.
Otro beneficio de la transformación es la creación de nuevos canales para conocer mejor los mercados en los que se mueve la compañía, como son los CRM y redes sociales, lo que permite llegar a nuevos clientes potenciales, a través del comercio electrónico y la alternativa de vender con plataformas y marketplaces.
Existen una serie de tecnologías cuya adopción se considera clave para la transformación digital de las pymes:
Con respecto al porcentaje de negocios con conexión a internet es igualmente baja, menos del 83 %. En este sector, las microempresas tienen un déficit importante que impide acometer la transformación necesaria.
El porcentaje de microempresas que disponen de herramientas CRM es parecido al caso anterior.
Lo cierto, es que no existe una receta única de digitalización para todas las empresas. La clave está en tener un proyecto adaptado, flexible, escalable y personalizado para cada negocio.
Oportunidades para ventas con los canales digitales
La pandemia por la COVID-19 ha tenido un impacto decisivo en los hábitos de compra de los españoles.
Los datos que arroja la Encuesta de Uso de TIC y comercio electrónico reflejan que el 26 % de las empresas de más de 10 empleados realizan ventas online, un porcentaje estable entre 2016 y 2019, pero que incrementó seis puntos porcentuales en los dos últimos años.
A pesar de la evolución del sector, el peso de las ventas online sobre las ventas totales sigue siendo mínimo. Por ejemplo, el 86 % de las operaciones por comercio electrónico de las empresas españolas se llevan a cabo dentro del país y solo el 10 % son para otras naciones europeas.
En cuanto a los obstáculos que frenan el comercio electrónico en el país, una encuesta que hizo IAB señala que el aspecto tecnológico es la principal limitación para el 48 % de las empresas, seguidas del tema logístico y estratégico que implican su implantación (44 %).
La transformación digital de la empresa contempla la convergencia de diferentes tecnologías sobre el funcionamiento y la operatividad.
Tal es el caso de la inteligencia artificial, el uso de big data, las aplicaciones de realidad extendida o las plataformas blockchain.
Otras, están abriendo camino, como es el caso de la computación en la nube o cloud y el internet de las cosas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) ambas alternativas, ya son empleadas por un tercio de las empresas de más de 10 trabajadores.
Mientras tanto, el 54 % de las empresas españolas afirman que en los próximos dos años asumirán soluciones de aprendizaje automático (machine learning) y aprendizaje profundo (deep learning) basadas en cloud.
Sin duda la ciberseguridad es el corazón de la transformación digital, ya que la seguridad es una condición indispensable para el florecimiento de los negocios.
Por lo tanto, hay distintos aspectos que determinan la necesidad de una estrategia de ciberseguridad, entre las más relevantes están:
Además de resguardar a una compañía contra las amenazas cibernéticas, disponer de políticas de seguridad genera varios beneficios:
Como ya lo mencionamos, la digitalización no es una opción, sino una necesidad.
En los últimos dos años, la visión digital ha evolucionado, ya que la pandemia ha obligado a adoptar nuevas tecnologías que influyen en los modelos operativos y de trabajo.
Así que las empresas de nuestro país continúan avanzando en su camino hacia la digitalización, un camino con múltiples tareas como la optimización de procesos, mejoras de la experiencia de usuarios e innovación en los productos y servicios.