Son muchas las empresas de todo tamaño, así como los autónomos, que se han tenido que enfrentar en alguna ocasión a los impagos y más en el contexto económico actual. Algo que supone un torpedo a la línea de flotación de empresas u organizaciones y profesionales, que ven peligrar su trabajo y su inversión por culpa de la morosidad.

Enfrentarse a un impago es, siempre, una tarea muy compleja. Debemos tener en cuenta multitud de factores: circunstancias del pagador, marco legal, técnicas de gestión de cobros e incluso psicología a la hora de saber cómo gestionar las comunicaciones. Todo, absolutamente todo, influye en las posibilidades finales de recuperación de los importes pendientes de cobro.